Cuando comiences a ver resultados físicos, realmente te gustará hacer ejercicio. Pero cuando comienzas a ver resultados físicos y tú date cuenta de que estás entrenando mucho más que solo tu cuerpo, realmente te encantará hacer ejercicio.
Te das cuenta de que el ejercicio te ha afectado en muchos otros aspectos de tu vida. Ha mejorado su confianza, aumentado su productividad y reducido su estrés. El ejercicio funciona la mente tanto como lo hace con tu cuerpo si lo haces bien.
En cierto punto, sentirá que ni siquiera puede sentirse a gusto con otros aspectos de su vida sin hacer ejercicio regularmente. Es una manera de entrar en tu propio mundo, calmarte y aprovecharte de la aventura de transformarte en la mejor versión de ti mismo, independientemente de lo que la vida te esté lanzando. Te encanta la velocidad de cincelar hacia ese objetivo, paso a paso, incluso si cada paso es un poco mejor.
Incluso desde una perspectiva puramente ética de trabajo, te demuestras la sensación de lograr tus objetivos después de un trabajo duro y de un entrenamiento. Aprende a valorar la diligencia, el compromiso y la coherencia. Usted domina el arte de establecer metas para cualquier cosa en la vida y trabajar para lograrlas un paso a la vez. Nada te deprime, y nada se interpone en tu camino.
Así es como amas hacer ejercicio. Realmente es una gran cosa 🙂