¿Cómo puede una persona de 50 años mantenerse motivada para hacer ejercicio?

Te recomiendo lo mismo que a un niño de 20 años. No trates de mantenerte motivado, eso es casi imposible. De hecho, solo por el hecho de que estás haciendo esta pregunta, está claro que ya estás motivado. Si lo que te impulsa a ir al gimnasio es la motivación o la fuerza de voluntad, dejarás de hacerlo tan pronto como llegues a una semana ocupada y te faltarán motivación o fuerza de voluntad para las cosas en general.

En cambio, usa la motivación que tienes actualmente para descubrir cómo hacer que ir al gimnasio sea un hábito. No se concentre en obtener ganancias locas o hacer algo increíble en este momento; eso sucederá si es consecuente. No te preocupes por hacer el entrenamiento óptimo, o golpear a tus amigos, o cualquiera de esas tonterías. Concentra todo tu esfuerzo, durante las 1-3 semanas durante las cuales tu motivación inicial durará, en convertir al gimnasio en un hábito.

Averigüe lo que quiere hacer y sea conservador. Recomiendo 3 días por semana. Cada día de la semana también es atractivo, porque es mentalmente simple: si vas a trabajar ese día, vas al gimnasio ese día. Elija un entrenamiento simple y efectivo. No te preocupes por encontrar uno super bueno, solo toma el primero que parezca aceptable. No malgastes tu energía en nada además de tu hábito de gimnasio en este momento.

Calcule su señal para hacer ejercicio: lo primero que se despierta o lo primero después de salir del trabajo son las mejores opciones. Luego, asegúrate de ir al gimnasio después de esa señal cada vez durante estas 1-3 semanas mientras sigas motivado. Cuando las cosas tratan de obstaculizar el camino (estás cansado, o tienes que trabajar hasta tarde, o tienes que hacer un mandado) AHORA usa tu fuerza de voluntad. Ve al gimnasio en cambio. Sé enérgico al principio. Esto es importante durante las primeras semanas. No seas heroico en tu salida en el gimnasio, pero sé heroico en tu consistencia. No presuma de lo duro que está trabajando, presuma de la constancia con la que ingresa al gimnasio.

Planifique el fracaso: se perderá un entrenamiento. Asegúrate de volver a tener el hábito la próxima vez que estés programado para entrenar. Está bien dejar el horario, pero esforzarse para que nunca se pierda un día y se convierta en una semana entera perdida.

Si consigues tus hábitos encerrados, ya no necesitarás motivación o fuerza de voluntad para ir al gimnasio. Solo será algo que hagas. De vez en cuando, cuando la vida te quita tu agenda, usa tu fuerza de voluntad para volver a subir. Pero eso será lo suficientemente raro como para que tengas la fuerza de voluntad y la motivación de sobra. Además, si es constante, puede comenzar a ser divertido, puede hacerlo sentir mejor y sentirse más feliz, puede hacerlo sentir bien acerca de los cambios en su cuerpo. Todo esto es interés en la inversión. Ponga la motivación en la construcción de hábitos, y los hábitos darán frutos con más motivación para seguir haciéndolo.

¡La mejor de las suertes!