Dos cosas podrían (no solo podrían suceder).
- Desarrollaría deficiencias nutricionales que irían empeorando con el paso del tiempo.
- En el mejor de los casos, te aburrirías muchísimo con tu comida, luego perderías todo interés en comer y probablemente te deprimirías. De hecho, servir una y otra vez el mismo tipo de comida es una de las opciones para la privación sensorial, que es una forma de tortura.