Los alimentos chatarra plantean un problema porque en su mayoría contienen ácidos grasos ‘ Trans ‘. Estos son difíciles de digerir por las enzimas que están destinadas a descomponer la grasa en nuestro cuerpo, principalmente debido a su estructura química (enlaces trans-hidrógeno). Las enzimas que producen la rotura naturalmente producidas en nuestro cuerpo son más eficientes con los ácidos grasos ‘ Cis ‘. Por lo tanto, las grasas trans no digeridas tienden a depositarse en diferentes órganos, dificultando su funcionamiento normal.
Ha habido intentos de sintetizar químicamente enzimas que descomponen específicamente las grasas trans en aceites vegetales hidrogenados. Pero probar su viabilidad dentro de un ser humano es una tarea hercúlea. Si esto tiene éxito, sí podremos utilizar de manera eficiente las calorías de la comida chatarra.
La evolución lleva miles de años para producir un pequeño cambio. Hasta ahora no hay evidencia de tales genes que puedan favorecer la digestión y la absorción de nutrientes de la comida chatarra.
En cuanto a la redundancia de macro y micro nutrientes, a partir de ahora son una parte vital de nuestros procesos metabólicos. Su deficiencia puede causar anormalidades severas. Así que no veo ninguna redundancia que suceda pronto.
¡La evolución nunca comprometerá la calidad!