Existe amplia evidencia de que la desnutrición afecta a todas las partes de tu cuerpo de forma negativa. Sin embargo, en lugar de centrarme en los alimentos caducados, buscaría una dirección ligeramente diferente para su culpable.
La filosofía reinante de las corporaciones en todo el mundo es que es mucho mejor pedir perdón que pedir permiso. Mejor aún, no te atrapen en absoluto. Si pueden salirse con la suya, lo harán. Incluso si los atrapan haciendo algo ilegal, inmoral o engordando, es muy probable que la multa constituya un pequeño porcentaje de los beneficios obtenidos. Esta es la razón principal por la que actualmente existimos en una sopa que es tan tóxica que es una maravilla que aún podamos seguir como especie. Bombeamos veneno en nuestro aire y agua, rociamos productos químicos tóxicos en nuestros cultivos, inyectamos a nuestro ganado todo tipo de absurdos. Los responsables cuentan que estarán jubilados o muertos mucho antes de que venza el proyecto de ley, y hasta ahora han estado en lo cierto.
Si se establece alguna conexión entre las toxinas y la salud de la población, se encarga un estudio hasta que el público lo olvide por completo, habiéndose centrado en la próxima crisis que se presente. Mientras tanto, quienes realizan el estudio son comprados y pagados, de modo que cuando se publica silenciosamente absuelve al acusado o recomienda más estudios, ya que los resultados son actualmente “inconclusos”. Y así la alegre danza de las toxinas continúa, sin control, en cada aspecto de nuestras vidas.
Realmente no es de extrañar que todos nos estaremos enloqueciendo.