¿Soy delirante o es posible tener experiencias fuera del cuerpo de verdad?

Sugeriría que revises El cerebro con David Eagleman y Phantoms in the Brain de Ramachandran. Lo que ambos neurocientíficos nos ayudan a demostrar es que la realidad tal como la experimentamos solo existe en el cerebro. Uno de los ejemplos reveladores que menciona Eagleman es que cuando miras a través de un tubo y mueves el tubo, te sientes mal. Sin embargo, nuestros ojos suelen vagar por todas partes y no nos enfermamos. Esto es porque lo que vemos no está ahí fuera, sino en el cerebro. Nuestros ojos son un instrumento de adquisición de datos para actualizar nuestro modelo interno, no algo que utilizamos directamente. El cerebro está en un cráneo oscuro y silencioso y recibe pulsos de información de los ojos para construir este modelo mundial. Ramachandran habla de cómo una parte de nuestro contexto visual puede ser noqueada, por lo que un paciente puede ver alucinaciones en una parte del campo visual o parte del campo que se ve como dibujos 2D porque la función de extracción de forma está fuera de línea.

Los científicos informáticos ahora trabajan con un concepto llamado aprendizaje profundo, en el que las computadoras no solo determinan qué hechos son más pertinentes para tomar decisiones y la importancia de ellos, sino que calculan sus propias “características” para computar. Nuestros cerebros son similares, trabajando duro para calcular las características de un campo visual. Oh, hay una cosa roja, la forma es redonda, tal vez una fruta o bola, tiene un tallo, ah, una manzana. Este mismo motor funciona para crear una realidad virtual cuando estamos en estados hipnóticos o soñando. Los soñadores lúcidos también saben que esta realidad virtual creada en el cerebro puede ser más vívida y, a veces, parecer más real que la realidad cotidiana.

Si realmente puedes leer un número aleatorio en la habitación contigua al tener un OOBE, entonces podrías ganar un Nobel y sacudir toda la base del mundo. Sospecho que solo estás aprovechando el extraordinario potencial de una mente.

Sí, los androides sueñan con ovejas eléctricas