Porque durante el sueño, la tasa metabólica de nuestro cuerpo aumenta considerablemente y la comida se descompone más rápido de lo normal. Por lo tanto, después de cada sueño nos despertamos y sentimos hambre. Principalmente porque nuestro estómago está vacío. Las muestras de sangre se analizaron diariamente para detectar siete hormonas que influyen en el apetito y la ingesta de alimentos: glucosa, insulina, leptina, grelina, adiponectina, péptido total similar al glucagón 1 (GLP-1) y péptido YY3-36.
El sueño abreviado no tuvo efecto en ninguno de los sexos sobre la glucosa, la insulina, la leptina, la adiponectina y el péptido YY3-36, en comparación con las medidas hormonales después del sueño normal, mostraron los resultados. Pero los niveles de ghrelina, que estimula el hambre, se elevaron solo en los hombres después de los períodos cortos de sueño.
Mientras tanto, los niveles de GLP-1, una hormona supresora del apetito, eran más bajos en las mujeres después de los períodos cortos de sueño, pero no se modificaron en los hombres. Todos los participantes consumieron aproximadamente 300 calorías más en el quinto día después del sueño acortado que después de un sueño prolongado. El estudio sugiere que la falta de sueño puede aumentar el apetito en los hombres. Pero en las mujeres, dormir muy poco da como resultado sentirse menos completo.
1. Alcohol
2. Comer rápido
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3. Presión de grupo
4. Saltarse el desayuno
5. Demasiado tiempo de tubo
6. Estrés
7. Soda dietética
8. Deshidratación
9. Comer alimentos procesados
10. Masticar chicle
Consejos para ayudar a evitar tener hambre:
Manténgase hidratado: beba al menos 64 onzas de agua durante todo el día. Mantenerse hidratado ayudará a reducir los antojos y los dolores de hambre.
Coma un desayuno rico en proteínas: comience la mañana con un batido de proteína que no sea de soya o con algunos huevos y vegetales para ayudarlo a mantenerse nutrido durante todo el día. “Las proteínas en la mañana ayudan a elevar nuestros niveles de leptina, lo que a su vez nos ayudará a eliminar el exceso de grasa corporal y a sentirnos más llenos por más tiempo.
Tómese su tiempo mientras come: en lugar de sentarse frente al televisor o la computadora, coma su comida en una mesa.
Coma un bocadillo cada 2-3 horas: comer un tentempié ligero y saludable lo mantendrá saciado durante todo el día y hasta la noche. Los refrigerios mantendrán su energía y estabilizarán el nivel de azúcar en la sangre, lo que ayudará a frenar los antojos de alimentos azucarados o que engorden.
Duerma más: Dormir más puede ayudarlo a sentirse más lleno de energía durante el día, y cuanto antes vaya a la cama, menos posibilidades tendrá de tener hambre antes de acostarse. Nuestras hormonas para el hambre y la saciedad dependen del ritmo circadiano para mantenerlos equilibrados y funcionando correctamente.