¿Estás de acuerdo con que la diferencia entre las personas que hacen ejercicio y las que no lo hacen es que las primeras morirán sanas?

Realmente no. Parece una forma extraña de tratar de hacer una distinción. Dos razones: primero, las personas que hacen ejercicio pueden morir poco saludables, ya que a la enfermedad en realidad no le importa cuán grandes son sus músculos; y segundo, se pierde la gran diferencia, que es que las personas que hacen ejercicio tendrán una vida mejor: menor estrés, menos enfermedad, sensación de bienestar y, por lo general, una mayor capacidad para hacer cosas activas, como jugar con niños y mover objetos grandes con facilidad.