Hay dos enlaces inmediatos que vienen a la mente, uno de los cuales es el estrés. El estrés tiene un vínculo con la inflamación y la respuesta inmune en todo el cuerpo. El intestino es una interacción constante entre la respuesta inmune a la microflora y la inmunomodulación que trabaja para mantener la respuesta inmune bajo control. El estrés puede inclinar este equilibrio hacia la inflamación. La inflamación en realidad daña la luz intestinal y perturba la microflora, lo que lleva a un circuito de retroalimentación positivo donde la microflora y el sistema inmune siguen incitándose unos a otros. Es realmente difícil establecer vínculos causales ya que la microflora, el SII y la EII son increíblemente complicados, pero la correlación parece estar ahí.
Las personas estresadas también tienen más probabilidades de participar en otras actividades dañinas, como comer en exceso o consumir drogas, que también pueden alterar la microflora.
El ejercicio en general ayuda con el estrés, disminuyendo así este impacto. Además, las personas que hacen ejercicio con frecuencia son mucho más saludables en general. No sé lo suficiente sobre los efectos de la insalubridad general para explicar qué impacto podría tener sobre la microflora, pero, por ejemplo, las personas obesas son más susceptibles a la inflamación.
