El período de tiempo dependerá de cuán degradado esté el sistema de la persona al principio y de cuán consistentemente pueda regresar al sueño normal. También importa si la privación de sueño puede olvidarse fácilmente (trabajo por turnos) o requerirá más curación mental (el fallecimiento de un ser querido crónicamente enfermo).
Como una regla empírica muy generalizada (que siempre debería tomarse con un gran grano de potasio), esperaríamos una semana por cada mes. Por lo tanto, salvo una enfermedad grave, el cuerpo se habría recuperado en cinco semanas. Pero la curva para esa recuperación sería mucho más pronunciada en las primeras semanas, disminuyendo a la salud total por fin.
Por supuesto, la edad, el estado de salud y los factores ambientales impactarían dramáticamente esta estimación.
