Hola,
Déjame mostrarte la ciencia detrás de tu problema.
El hambre y la saciedad son sensaciones. El hambre representa la necesidad fisiológica de comer alimentos. La saciedad es la ausencia de hambre; es la sensación de sentirse lleno. El apetito es otra sensación que se experimenta al comer; es el deseo de comer comida.
Existen varias teorías sobre cómo surge la sensación de hambre.
Una persona sana y bien alimentada puede sobrevivir durante semanas sin ingesta de alimentos, con reclamos que varían de tres a diez semanas. (¿Cuánto tiempo puede una persona sobrevivir sin comida?)
La sensación de hambre generalmente se manifiesta después de unas horas sin comer y generalmente se considera desagradable. La saciedad ocurre entre 5 y 20 minutos después de comer (el tiempo que toma la comida para ser digerida y para que los metabolitos entren al torrente sanguíneo).
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El hambre es también el término más comúnmente utilizado para describir la condición de las personas que sufren una falta crónica de alimentos suficientes y experimentan constante o frecuentemente la sensación de hambre.
Los estados emocionales (enojo, alegría, etc.) pueden inhibir las contracciones de hambre. Los niveles de hambre se incrementan por los niveles bajos de azúcar en la sangre, y son más altos en los diabéticos. Las contracciones de hambre son más intensas en personas jóvenes y sanas que tienen un alto grado de tono gastrointestinal. Los períodos entre contracciones aumentan con la vejez. [1]
Factores psicologicos
Los estados psicológicos parecen jugar un papel en la ingesta de alimentos a corto plazo. Simplemente imaginar repetidamente el consumo de un alimento, por ejemplo, puede reducir el posterior consumo real de ese alimento al reducir la motivación para consumirlo. (Pensamiento alimenticio: el consumo imaginario reduce el consumo real)
Dos procesos psicológicos parecen estar involucrados en la regulación de la ingesta de alimentos a corto plazo: gusto y deseo. El gusto se refiere a la palatabilidad o sabor de los alimentos, que se reduce por el consumo repetido. Querer es la motivación para consumir la comida, que también se ve reducida por el consumo repetido de un alimento (Recompensa de alimentos: sustratos cerebrales de querer y agradar)
Los pensamientos de un alimento pueden entrometerse en la conciencia y ser elaborados, por ejemplo, como cuando uno ve un comercial o huele un alimento deseable.
Todo se reduce al autocontrol. Controlar tus pensamientos es tu mayor aliado en contra de exagerar el consumo de alimentos.
[1] – Carlson, AJ (1931). “Hambre”. El Scientific Monthly. 33: 77-79.