La mayoría de los nutrientes son absorbidos por el cuerpo antes de que la comida (lo que queda de ella) llegue a los pedazos más bajos del sistema digestivo que están llenos de bacterias (buenas). Pero algunos azúcares no pueden ser digeridos por humanos y aún estarán intactos. Algunas bacterias se alimentarán felizmente de ellas expulsando gas. Por ejemplo, los frijoles contienen estos azúcares complejos por lo que te hacen pedo. De hecho, hay un producto llamado beano que contiene la enzima para descomponerlo, por lo que puedes digerirlo antes de que la bacteria llegue a él.
Para citar wikipedia:
Beano contiene la enzima alfa-galactosidasa, que se deriva del hongo Aspergillus niger. La enzima trabaja en el tracto digestivo para descomponer los azúcares complejos o ramificados (polisacáridos y oligosacáridos) en alimentos como legumbres (frijoles y cacahuetes) y vegetales crucíferos (coliflor, brócoli, repollo, coles de Bruselas, entre otros). La enzima rompe esos azúcares complejos en azúcares simples, lo que hace que estos alimentos sean algo más digeribles y reduce los gases intestinales. [1]
Los polisacáridos y oligosacáridos que se encuentran en estos alimentos de lo contrario podrían pasar por el intestino delgado sin afectar. Una vez en el intestino grueso, esos azúcares pueden ser metabolizados por la flora intestinal, fermentando para producir los gases que causan la incomodidad.