No coma papas verdes y brotes nuevos. Las papas y los tomates son las plantas más conocidas que sintetizan bajos niveles de muchas sustancias químicas llamadas glicoalcaloides. Cuando las papas están bajo estrés, como la exposición a la luz, daños mecánicos, etc., puede haber un aumento rápido en la concentración de glicoalcaloides (α-solanina y α-chaconina), que les dan a las papas un color verde y un sabor amargo.
La función de los glicoalcaloides en realidad es una sustancia de defensa natural contra los patógenos y los insectos. En dosis más bajas, los glicoalcaloides en las papas causan trastornos gastrointestinales como vómitos, diarrea y dolor abdominal en humanos.
La papa cultivada es consumida cada día por millones de personas. Muchos estudios han demostrado, incluido el estudio de la revista Journal of Agriculture Food Chemistry 2016, que los glicoalcaloides en las patatas inhiben el crecimiento de células humanas de cáncer de cuello uterino, hígado, linfoma y estómago. Algunos otros estudios afeitaron el efecto sobre el virus del herpes y los tumores de la piel. Se necesitaban más estudios sobre la cantidad de glucoalcaloides en una papa que puede tener un efecto en la inhibición de las células cancerosas sin causar trastornos gastrointestinales.
Si la patata está germinada y es firme, pero no verde, se puede comer después de retirar la parte germinada; si está arrugado, no se debe comer porque los nutrientes no están intactos, el almidón en el patato se convierte en azúcar.
Consejos:
1. Almacene las papas en un lugar fresco y seco con buena circulación de aire.
2. Manténgalos alejados de las cebollas.