Cuando un niño humano nace en el mundo, él o ella está mayormente libre de ritmos circadianos. Su ciclo de sueño, que comprende de 1 a 2 horas de sueño por cada 4 a 5 minutos de despertarse, se distribuye por igual durante las 24 horas del día. Un bebé recién nacido aprende a prolongar estos 4-5 minutos de vigilia en 16 horas de vigilia a la vez, durante el día. Durante la noche, se recomienda enfáticamente al bebé que se despierte y lo obligue a dormir. Así que, estrictamente para dormir, el ciclo del sueño humano, que es efectivo en la noche, no se produce de forma natural, sino que se lo imponen a los recién nacidos sus padres.
Puedo decir con confianza que si se hacía lo contrario, es decir, se obligaba a un niño a dormir durante el día y se le animaba a permanecer despierto por la noche, entonces todos habríamos sido noctámbulos.
