Se podría decir que los franceses son más delgados debido a la ingesta insuficiente, pero solo si se compara con la forma en que la mayoría de las culturas en estos días comen, lo que en realidad es comer en exceso. Los franceses tienden a pensar que muchas otras culturas se exceden en su alimentación y que no tienen ningún sentido de moderación, y tienen razón.
En lo que respecta a la salud, los efectos de la grasa alta son menos pronunciados en cuanto al corazón porque consumen una gran cantidad de vino. También tienen una ética muy fuerte cuando se trata de comer alimentos cultivados localmente y sus productos son de una calidad extraordinaria y la cocina francesa puede influir fácilmente incluso en los comedores quisquillosos para comer sus vegetales. Las comidas caseras siguen siendo un valor muy importante que también contribuye a la salud.
