Nuestro cuerpo percibe mucho más de lo que podemos expresar con palabras. Nunca tendremos tiempo para enumerar todas las percepciones del cuerpo en un día.
Esto significa que durante el día nos enfocamos en lo que tenemos que hacer y en las personas que dirigen nuestras mentes hacia aquello en lo que se enfocan.
Al final del día, tenemos que reiniciar nuestro cerebro y nuestra mente. Todos los pensamientos y emociones percibidas tienen que ir en los “nichos” a los que corresponden.
Antes de dormirse, la mente suele ser caótica, saltando de un pensamiento o idea a otro.
Ayuda a hacer una respiración profunda de 5-10-15 minutos tratando de pensar en la respiración, nada más, o concentrarse conscientemente en 1 único objeto durante el mayor tiempo posible. Si tu mente se pregunta y te das cuenta, llévala al mismo objeto.
Ayudará a la mente a relajarse.
¿Puedo disminuir mi tiempo de sueño a 4 horas y seguir siendo eficiente en el trabajo?
¿Cuál es tu pensamiento más profundo que ni siquiera te permite dormir?
Las otras dos cosas que podría hacer es escribir las tareas del día siguiente, para que sepa que está sentado a su lado con seguridad. Permites que tu mente deje de apresurarse e intente ponerlos en orden.
Lo segundo que ayuda es expresar cuán agradecido estás por tu día.