Cuando consume carbohidratos, su cuerpo libera insulina en el torrente sanguíneo. La insulina obliga a tu cuerpo a almacenar grasa en tus células grasas, y desperdicia una gran cantidad de energía haciéndolo. Cuando vuelve a caer el nivel de azúcar en la sangre, tiene hambre y come más.
Sin embargo, si NO come carbohidratos, no le da hambre por la disminución del azúcar en la sangre, y su cuerpo usará sus reservas de grasa existentes como combustible.
Si deja de comer carbohidratos, perderá peso a un ritmo constante sin tener que controlar la cantidad de calorías que consume.