Además del contenido de sodio quizás deseable que observa Tim Hibbetts, al mejorar los sabores, el MSG puede hacer que los alimentos sean más apetitosos. Esto permite el consumo de alimentos que de otro modo podrían ser poco atractivos. Esto, por supuesto, supone que comer el alimento es un resultado deseable.
Hay personas que han disminuido o perdido por completo los sentidos del gusto debido a causas naturales o como efectos secundarios de tratamientos médicos particulares. Para estas personas, hacer que la comida sea más atractiva puede ser un gran beneficio para la salud.