Nuestro reloj circadiano (nuestro reloj de 24 horas) nos ayuda a tener sueño y actividad, dependiendo de la hora del día. Funciona sincronizando el reloj con el tiempo ambiental. El indicio de tiempo más importante es la luz del sol. Piénselo: porque hasta donde sabemos, la Tierra siempre tuvo este ciclo de luz / oscuridad de 24 horas y casi todos los organismos que evolucionaron en la Tierra estuvieron expuestos a esto, incluidos nosotros los humanos.
Cuando esta sincronización entre nuestro reloj circadiano y el entorno no coincide, tendemos a sentirnos malhumorados porque “todavía no estamos listos para estar despiertos”. Básicamente, te despiertas en un momento en el que tu reloj circadiano todavía tiene sueño.
Puede comenzar a arrastrar su reloj circadiano para que se despierte un poco antes al exponerse a mucha luz en la mañana (encienda las luces inmediatamente después de que suene la alarma, preferiblemente luz azul). Otras formas de arrastrar su reloj para decirle a su cuerpo que se despierte antes son: hacer ejercicio por la mañana y comer por la mañana.
Tenga esto en cuenta: durante el invierno, se supone que los mamíferos como nosotros deben dormir durante mucho más horas. “De vuelta en los días”, esta era una forma de sobrevivir: los inviernos traen menos comida y dormir más tiempo te dará algo de energía. No es extraño sentirse somnoliento, no alerta o gruñón en las mañanas de invierno. Es nuestra biología y de hecho son nuestras horas de trabajo (durante el invierno) las culpables.