La leche contiene lactosa. La lactosa es una forma de azúcar y contiene carbohidratos. Casi todos los carbohidratos, si no se queman inmediatamente producen triglicéridos (después de ser degradados por la insulina), que a su vez se vuelven depósitos de grasa.
Entonces, la leche no te hace perder grasa. Quemar más energía de la que consumes te hace perder grasa.