En situaciones extremas, puede desarrollar cálculos renales, problemas hepáticos y gota. Pero a menos que esté relativamente inactivo y padezca afecciones preexistentes como enfermedad renal o cirrosis hepática o esté comiendo niveles ridículamente altos de proteína (600 g + diarios) durante períodos prolongados, las probabilidades de tener efectos nocivos graves son bastante remotas.
Los vegetarianos, los macrobiólogos, los lectores y los defensores de The China Study lo harán creer que las dietas ricas en proteínas no son saludables y que conducen a ciertas afecciones crónicas. Sin embargo, la asociación no puede predecir la correlación o la causalidad, un comentario que todos hemos escuchado antes.
Otros factores de confusión, como la contaminación debida a antibióticos, hormonas, pesticidas, productos químicos de procesamiento adicionales y el colesterol asociado con las fuentes de proteína animal, son áreas de preocupación mucho más probables que la alta ingesta de proteína en sí misma.
