Las plantas perciben el dolor de forma diferente que las personas. Los humanos tienen nervios táctiles que responden a la presión acumulando iones en una neurona y descargándolos a través de la membrana celular. Esto causa una liberación de neurotransmisores que estimulan los ganglios de otras neuronas. Esto sucede en ondas y es la frecuencia de esas ondas que activan los nervios para disparar y transportan la información a las áreas de orden superior del cerebro donde se procesan en lo que se percibe como dolor. El humano puede entonces usar el cerebro para montar una respuesta a la entrada sensorial (retroceder, gritar “ouch”, etc.).
Las plantas nunca desarrollaron un conjunto especializado de células como el sistema nervioso. Dependen de la difusión de mensajeros químicos para transmitir la presencia de daño y estrés celular. No existe una función mental de orden superior en la papa que provoque una respuesta motriz. En cambio, la respuesta es una cascada de mensajes químicos y actividad celular modificada. Algunas plantas incluso excretan mensajes químicos que pueden ser recogidos por las plantas cercanas (lo más cerca que llegan a gritar). De hecho, algunos animales pueden captar estas señales como una señal de que la planta está muriendo y aprovecharla.
De todos modos, cuando una planta “siente” dolor, el análogo más cercano sería el de una descarga de adrenalina u otra respuesta hormonal.
Eso sí, la papa probablemente ya hace tiempo que murió, ya que la recogerás en el supermercado un tiempo después de que se haya cosechado. En ese caso, puede haber esencialmente ninguna respuesta en absoluto.
Para responder a la pregunta, prefiero comer una papa y sentir su dolor antes que ser una papa. Una papa simplemente no puede tener tarta de queso para el postre, y mucho menos disfrutarla.
