Aparentemente sí.
Un equipo de investigación de la Universidad Laval ha demostrado que el trabajo intelectual induce un aumento sustancial en la ingesta de calorías. Los detalles de este descubrimiento, que de alguna manera podrían explicar la actual epidemia de obesidad, se publican en la edición más reciente de Psychosomatic Medicine.
El equipo de investigación, supervisado por el Dr. Angelo Tremblay, midió la ingesta espontánea de alimentos de 14 estudiantes después de cada una de las tres tareas: relajarse sentado, leer y resumir un texto y completar una serie de pruebas de memoria, atención y vigilancia en el ordenador. Después de 45 minutos en cada actividad, los participantes fueron invitados a comer todo lo que quisieran de un buffet.
Los investigadores ya habían demostrado que cada sesión de trabajo intelectual requiere solo tres calorías más que el período de descanso. Sin embargo, a pesar del bajo costo de energía del trabajo mental, los estudiantes consumieron espontáneamente 203 calorías más después de resumir un texto y 253 calorías más después de las pruebas de la computadora. Esto representa un aumento del 23.6% y 29.4%, respectivamente, en comparación con el período de descanso.
Las muestras de sangre tomadas antes, durante y después de cada sesión revelaron que el trabajo intelectual causa fluctuaciones mucho mayores en los niveles de glucosa e insulina que los períodos de descanso. “Estas fluctuaciones pueden ser causadas por el estrés del trabajo intelectual, o también reflejan una adaptación biológica durante la combustión de la glucosa”, hipotetizó Jean-Philippe Chaput, autor principal del estudio. El cuerpo podría estar reaccionando a estas fluctuaciones estimulando la ingesta de alimentos para restaurar su equilibrio de glucosa, el único combustible utilizado por el cerebro.
Fuente: http://www.sciencedaily.com/rele…