Es una tarea monótona, y se supone que su naturaleza muy aburrida hace que uno duerma.
Sin embargo, nunca me ha funcionado personalmente.
Si trato de contar ovejas, mi cerebro comienza a procesar cómo deberían verse las ovejas, el prado y la puerta. También trata de imaginar el número de corderos, si las ovejas son felices y sanas. Entonces mi cerebro gasta más energía en hacer un seguimiento del número real de ovejas que saltaron la valla.
Efectivamente, si trato de contar ovejas para quedarme dormido, termino sintiéndome aún más alerta y enojado.
Por lo tanto, prefiero vaciar mi mente de todos los pensamientos, y solo escuchar el tic-tac del reloj en una habitación oscura. Funciona cada vez como un encanto.