Chris Hacken tiene razón. El cuerpo necesita estímulos externos para mantener su fuerza. ¿Has oído hablar de lo que les sucede a los astronautas en el espacio? Bueno, en pocas palabras, porque no hay resistencia gravitacional, sus músculos comienzan a marchitarse. La resistencia es la clave de la fuerza. Sin resistencia, no puede haber fuerza.
En cuanto a necesitar ejercicio para la presión arterial y las hormonas en lugar de la fuerza, en realidad lo hacemos . Todo tiene que ver con el sistema linfático. Esta se encarga de limpiar el exceso de toxinas, células sanguíneas muertas, patógenos y carcinógenos del torrente sanguíneo. Algo así como un sistema de alcantarillado en la casa, toma la basura y los desechos y los mueve a los nódulos linfáticos, o para ajustar nuestra analogía a los “tanques sépticos” del cuerpo.
El problema es que el sistema linfático no tiene bomba. Eso significa que tienes que hacer que los jugos linfáticos fluyan a través de algún tipo de movimiento natural. Algunas formas más efectivas de estimular el sistema linfático incluyen saltar arriba y abajo en un trampolín o correr.
Esta es una imagen del sistema linfático. Corre junto al sistema circulatorio con su propia red intravenosa. Debido a que Dios tiene sentido del humor y no instaló una bomba, tenemos que hacerlo funcionar a través de la locomoción.
FYI. Además de mantenerte saludable, limpiar las toxinas del cuerpo permite que el hígado produzca más bilis, lo que a su vez conduce a una mejor capacidad para quemar células grasas.
