No dormí más de veinticuatro horas y, sin embargo, nunca me he sentido tan despierto. Como es esto posible?

Tiene que ver con tu cerebro.

Inicialmente, tu cerebro te dice: “Amigo. Es hora de dormir“.

Entonces, tu fuerza de voluntad responde: “Dios mío, no voy a dormir”.

Por lo general, tu cerebro gana, pero a veces el cerebro es lo suficientemente sensible como para darse cuenta de que eres terco y no vas a escucharlo.

Así que sigue diciendo: “Bien, haz lo que quieras. No me culpes si todos tus horarios se estropean y empiezas a hacer cosas involuntariamente”

Con el tiempo, aprendes a mejorar en ello, si tienes la fuerza de voluntad para hacerlo.

PD: mi presentación puede ser informal, pero la ciencia detrás de ella cuenta la misma historia.