No lo hará, al menos no para la salud del público en general o de los consumidores.
El impuesto es demasiado pequeño para tener un impacto en la decisión y los hábitos de mierda ya existentes. La mayoría de los consumidores no pensarán dos veces en pagar 20-30p adicionales en un producto del que sean adictos (antojos de azúcar). Especialmente sabiendo que la mayoría de los refrescos, dulces y otros consumidores de azúcar procesada son personas menores de edad de la sociedad. El dinero que gastan en estos artículos no se percibe como de valor significativo. Lo mismo se aplica a los adultos.
Lo que lo cambiaría es un aumento drásticamente grande de impuestos: 2 veces el precio. ¡Ahora estamos hablando! Solo piensa qué tipo de ola haría.
