¿Una persona que una vez fue extremadamente gorda permanecerá gorda para siempre?

Lo primero que debe hacer es preguntarse por qué quiere perder peso. Eso te ayudará a mantenerte apegado a tus objetivos y motivarte a seguir buscándolos. Estar en buena forma física tiene muchos beneficios. Pero lo que más importa es estar en forma mental. Estás tomando la obesidad sobre tu mente y eso hace que no te gustes y finalmente te vuelves triste. No necesitas pensar negativamente sobre ti. La obesidad no es una maldición. Puedes deshacerte de él para siempre si siempre te mantienes dedicado a la actividad física y comes de forma saludable. Deja de dar excusas de que tienes un horario de trabajo agitado y vida. Bueno, si puede encontrar tiempo para navegar por su WhatsApp, correos electrónicos, comer comida chatarra, entonces seguramente podrá encontrar algo de tiempo para usted y hacer ejercicio. Acostúmbrese a dedicar 30 minutos por la mañana a su salud. No lo posponga para la noche o de lo contrario terminará perdiendo sus entrenamientos. Así que mejor prefiera mañana por la mañana al entrenamiento. Y el ejercicio no necesariamente significa sesiones de entrenamiento intensas o largas. Intenta disfrutarlo y hazlo como una actividad divertida. Comienza simplemente caminando o simplemente corriendo unos pocos metros o tal vez subiendo unas escaleras un par de veces al día. Comience a comer de forma saludable e incluya más verduras y fibras en su dieta. Renunciar al hábito de comer al aire libre o tener innumerables tazas de café en nombre del trabajo sedentario. Comience a comer comida casera y trate de comer cada 3-4 horas. Acostúmbrese a caminar siempre que sea posible, siempre use escaleras y trate de mantenerse activo siempre. Comer un desayuno rico en proteínas y grasas saludables es el mejor desayuno para perder peso. Tómese unas 7-8 horas de sueño y haga ejercicio de 5 a 6 días y descanse los domingos. Recompénsese con una comida de trampa cuando complete con éxito sus horas específicas de entrenamientos semanales. Intente nunca omitir una comida y conviértase en un hábito llevar una botella de agua donde quiera que vaya. Renuncia a los azúcares y las materias grasas. Incluye todos estos simples cambios en tu rutina y sentirás el cambio.