Cuán creíbles son las afirmaciones de que los humanos tienen una alarma innata. ¿Uno que naturalmente los despierta en el momento en que deciden antes de irse a dormir?

Si usa regularmente un reloj despertador y mientras duerma lo suficiente, es probable que se despierte en un momento determinado con o sin el despertador.

En lo profundo del cerebro, se encuentra un pequeño grupo de núcleos (grupos de cuerpos de células nerviosas) llamado hipotálamo. Sus funciones son astronómicas en comparación con su tamaño insignificante. El núcleo supraquiasmático es uno de los núcleos hipotalámicos y controla el ritmo circadiano, es decir, el ciclo sueño-vigilia. Permite un despertar en momentos específicos, y estos tiempos pueden ser sorprendentemente precisos.
Cuando te fuerzas a despertarte en un momento determinado durante un tiempo, el núcleo supraquiasmático se hace cargo (porque, bueno, al cerebro le gusta estar a cargo 😉) y te despierta a esa hora todos los días.

Pero en algunos casos, no se necesita despertador para desencadenar una desviación del ritmo circadiano normal, y mi caso es uno de esos.
Duermo no más de 6 horas y 30 minutos, generalmente entre las 8:30 p.m. y las 3 a.m. (soy un lector matutino).
Hice este hábito hace cuatro años, cuando estaba internado en la escuela secundaria (secundaria). Las reglas eran bastante estrictas, no había dispositivos electrónicos, por lo que no se permitían alarmas ni teléfonos, aparte del tipo analógico que aborrezco por algún motivo. Entonces no usé ninguno de esos dispositivos.

Realmente no sé cómo sucedió; Solía ​​decirles a mis amigos que me había obligado a despertarme a las 4 de la mañana. Pero de alguna manera lo hice. A veces era extraño, me despertaba a las 3:59 a.m. y tomaba mi reloj de pulsera y miraba cómo pasaban los segundos a las 4:00.

Tal vez fue el estrés de prepararse para los inminentes exámenes de certificado de secundaria superior y las pruebas de ingreso a la universidad. O solo disciplina. Si bien estos pueden explicar la continuidad, no tengo idea de cómo ocurrió por primera vez. Sé que solo sentía que estaba detrás de los estudios y necesitaba tiempo extra para ponerme al día.

Ahora, en la facultad de medicina, estoy agradecido por este sistema de alarma innato, porque aunque necesito las horas de estudio más que nunca, me encuentro atontado e improductivo cuando mi sueño se ve interrumpido por las melodías de alarma.