Puede recalentar casi cualquier cosa, pero hay una gran variedad de cosas que cambiarán el sabor y la textura lo suficiente como para no intentarlo. Cualquier cosa frita, por ejemplo, muy probablemente termine empalagosa. Las carnes cambiarán de textura y se volverán curtidas o masticables. Una excepción para esto son ‘guisados’, guisos y similares que concentrarán los sabores y son la base de la tradición ‘recalentado’ en México -sólo una excusa para alargar la fiesta. Ejemplos de estos son bacalao a la vizcaína, romeritos o pierna de cerdo bañada.
Hay algunos ejemplos de platos donde la intención es precisamente cambiar el sabor o la textura cuando se recalienta. Ejemplos de esto serían carnitas (estilo Michoacán) o tamal vestido / encuerado.