En un contenedor abierto.
Una tapa impediría que el flujo de aire del refrigerador llegue a la comida y eliminaría directamente el calor por convección. En su lugar, el aire dentro del contenedor tendría que circular, recoger el calor de la comida y liberarlo en el interior de la tapa, ese calor tendría que viajar a través del espesor de la tapa (lo que impide la transferencia de calor en un grado variable, dependiendo en el material), donde podría ser recogido por la circulación de aire dentro del refrigerador.
Simplemente es más eficiente eliminar el calor al permitir que el aire del refrigerador acceda directamente a la superficie del alimento.