Cuando comemos, el flujo de sangre se dirige hacia nuestro estómago para digerir la comida. Y así, se suministra menos sangre al cerebro debido a lo cual comenzamos a sentirnos cansados.
El corazón late más rápido y más fuerte debido a que los vasos sanguíneos se estrechan para mantener la presión.
Entonces uno se siente noqueado después de una comida completa.