¿Qué le sucede a tu cuerpo cuando comes demasiado rápido?

Tus dientes y tu lengua son responsables de la descomposición mecánica de los alimentos. La digestión mecánica continúa en el estómago a medida que la comida se agita por los potentes músculos lisos que forman pliegues llamados ruga. Los alimentos (especialmente los hidratos de carbono) también son químicamente digeridos en la boca por la saliva, que contiene la enzima amilasa que comienza a descomponer los carbohidratos de cadena larga en azúcares simples. La digestión química también continúa en el estómago y el duodeno, donde se secretan diversas enzimas para descomponer las grasas, los carbohidratos y las proteínas en formas simples que luego pueden absorberse en el intestino delgado.

Cuando come demasiado rápido, el cuerpo debe compensar esta oportunidad perdida de digerir alimentos mecánicamente aumentando el tiempo que pasa en la fase digestiva química dentro del estómago y el duodeno. Los alimentos poco digeridos tardan más en atravesar el tracto intestinal, creando así problemas de estasis, indigestión, hinchazón e incluso reflujo y regurgitación.