Si observamos la salud en el contexto de un subibaja, creo que comienza a describir la respuesta que está buscando. A veces, un lado del balancín está sentado en el suelo, el punto bajo. Llamemos a esa enfermedad. Con un poco de esfuerzo, intención y fuerza, podemos abandonar el terreno (enfermedad) y nos encontramos moviéndonos por el espacio, animados por un nuevo camino. Vamos a llamar a eso bienestar. Y en la parte superior del movimiento de balancín, tenemos nuevas perspectivas para ver dónde hemos estado y cómo llegamos allí. Hemos llegado al pináculo. Vamos a llamar a eso aptitud.
Ahora no siempre podemos estar en la cima. Nuestra capacidad para permanecer allí puede verse influenciada por cosas que están fuera de nuestro control. Entonces, con esa visualización en mente, la salud es en realidad un continuo de existencia entre los estados de enfermedad, bienestar y estado físico. Para que un entorno sea compatible con la buena forma física, también debe respaldar los otros dos estados de existencia … la enfermedad y el bienestar. Apoyar a las personas donde están es la respuesta. Si las personas están enfermas o lesionadas, el entorno de ejercicios debe ofrecer apoyo. Y para ayudar a que las personas permanezcan libres de lesiones, la seguridad es una medida preventiva importante para que las personas sigan avanzando en la dirección de la condición física. Las estrategias de bienestar ayudan a las personas con enfermedades crónicas a convertirse en libres de enfermedades o, como mínimo, convertirse en campeones de sus condiciones, en lugar de ser víctimas de ella.
Nuestra salud es el vehículo de la vida. El mantenimiento preventivo y la atención adecuada respaldan un rendimiento óptimo. Cómo podemos interactuar con nuestro entorno e influenciar a las personas que nos rodean se basa en nuestra capacidad para hacerlo. El bienestar y la forma física, logrados en un entorno seguro, proporcionan la base de la oportunidad.