Sí, es peor. Hay muchas, muchas excepciones individuales, pero la mediana estadística en los EE. UU. Es mucho peor que en Europa. Las anécdotas personales no significan nada aquí.
Más interesante, me gustaría agregar al “¿por qué sucedió esto?” componente de la pregunta.
Las diferencias legales / de política pública son la razón principal de la diferencia entre los EE. UU. Y Europa. Algunas de las mayores diferencias son:
1) En la mayoría de los EE. UU., Las cadenas de restaurantes no saludables han aniquilado a las empresas locales. Las principales razones para esto son la zonificación, el cabildeo corporativo y la falta de voluntad para restringir las cadenas en gran parte del país. Tenga en cuenta que San Francisco y la ciudad de Nueva York tienen algunas de las poblaciones más saludables y las tasas más bajas de obesidad. (SF también recientemente aprobó su propia ordenanza de precaución principal). Estos son lugares donde los restaurantes locales aún dominan o al menos tienen una oportunidad en comparación con las mega cadenas.
2) Las leyes europeas promueven una mayor pureza y estándares de calidad. Por ejemplo, en Italia, el gobierno certifica “gelato artigianale” (gelato artesanal) que utiliza solo ingredientes frescos y sin colores, sabores o espesantes artificiales. En comparación, los EE. UU. No tienen una definición de lo que es gelato, y mucho menos reglas sobre llamarse tradicional. Un resultado es que hay menos rellenos y no hay jarabe de maíz con alto contenido de fructosa. El otro resultado es que los consumidores necesitan investigar mucho más si quieren evitar estas sustancias.
3) El principio de precaución es legalmente requerido en Europa. Dice que, “si una acción o política tiene un riesgo sospechado de causar daño al público o al medio ambiente, en ausencia de un consenso científico de que la acción o política sea dañina, la carga de la prueba de que no es dañina recae en los que toman un acto “. Por ejemplo, si una empresa produce un nuevo aditivo químico de seguridad cuestionable, la carga recaerá en la empresa para demostrar que es seguro antes de venderlo como alimento para el público. En los EE. UU., La empresa puede venderlo como alimento a menos y hasta que alguien demuestre que no es seguro para el consumo. Una vez más, la carga recae sobre el consumidor y el público.