No, no lo hace.
Lo que hace, sin embargo, es fomentar una cadena de malos hábitos y un estilo de vida poco saludable como consecuencia. Con el tabaco vienen mucho café, menos ejercicio, más ansiedad, más alcohol, más inquietud. Sí, si sigues una dieta restrictiva, podrías tener éxito en controlar tu apetito durante un tiempo breve. Pero déjame decirte, por mi propia experiencia como fumador y como amigo de fumadores, la gran mayoría de las personas que fuman obviamente no está saludable.
Aparece en tu rostro, tus manos, tu olor, tu ropa. Cada vez que miro a mi alrededor ahora veo que la mayoría de los fumadores están más ansiosos, más tensos, más sedentarios, más frecuentemente en algún estado de enfermedad. Y los más listos admitirán que se detendrían si pudieran (lo que significa, si no fuera tan difícil como a menudo suele ser).
Fume bajo su propio riesgo, pero no se sorprenda si lo lamenta en serio, en algún momento en el futuro. Perder peso no requiere trucos, ni drogas, ni atajos, ni magia. Requiere que prestes atención a tu estilo de vida y a tus hábitos, que notes qué te enferma y qué puede hacerte sentir mejor. La pérdida de peso se convierte en un efecto secundario de la salud, en lugar del último premio para gratificar su vanidad. Buena suerte.