El azúcar puede aumentar el riesgo de ciertos cánceres, que no es lo mismo que causar cáncer.
El vínculo está mejor documentado en el cáncer de esófago. La ingesta alta de azúcar puede conducir a la fermentación en el estómago y los intestinos, lo que puede provocar más eructos, lo que puede provocar reflujo ácido. A su vez, eso puede causar esofagitis refleja, inflamación del esófago. La inflamación persistente causa una mayor tasa de división celular, lo que aumenta el riesgo de cáncer.
El alto consumo de azúcar también puede predisponer a una persona al síndrome metabólico o la diabetes, los cuales están asociados con la inflamación sistémica del cuerpo. Una vez más, la inflamación significa más división celular, lo que significa un mayor riesgo de cáncer.
Pero es importante poner un mayor riesgo en perspectiva. Alrededor del 0.5% de las personas tendrá cáncer de esófago. Incluso si alguien aumenta ese riesgo al ingerir una gran cantidad de azúcar, aún existen pocas probabilidades de que desarrolle esa forma de cáncer. Es por eso que sería inapropiado implicar que el azúcar causa cáncer.
