¿Qué es lo último que haces cuando te vas a la cama?

Rezo.

Soy anónimo en esto, porque mi espiritualidad es el único aspecto de mi vida que considero sagrado. Comparto muchas cosas realmente privadas aquí, sobre mi infancia, abuso, relaciones románticas pasadas y presentes, pero me he abstenido de exponer explícita y abiertamente mis creencias espirituales.

Crecí en una familia cristiana acérrima. Hasta la edad de 15 años, estaba en la iglesia 3-5 veces por semana sin excepción. Todavía me aferro a esas creencias, pero como resultado del abuso infantil, de naturaleza sexual, que ocurrió cerca de mí (no fui una víctima, sino un miembro de la familia y varios amigos) y una hipocresía desenfrenada, no lo hago. oscurecer las puertas de una iglesia más. Nunca negaría mi fe, por mis creencias, pero la mantengo en privado. Además de las razones que mencioné anteriormente, es demasiado fácil ser absorbido por debates acalorados y enérgicos en los que no deseo participar.

Todo lo dicho, sin embargo … rezo. Cada noche, poco antes de que me duerma, abro una línea de comunicación con un Dios en la que creo. Rezo por la salud, la seguridad y la cordura de mis amigos, familiares y seres queridos. Rezo para que Dios continúe bendiciéndome con paciencia, fortaleza y sabiduría. Rezo para que sea en su voluntad que un día encuentre el verdadero amor de nuevo, y que provea una luz que me muestre ese camino. También pido perdón por mis pecados.

Estas cosas son todas de naturaleza cristiana, sin embargo, me defino como espiritual. No soy tan cercano que creo que mi Dios se llama ‘Dios’ y no ‘Alá’. Su nombre podría ser Frank, por lo que sé. He investigado varias otras religiones, y lo que encontré durante esas investigaciones me llevó a la creencia de que la religión es una construcción sociológica diseñada e implementada para infundir en la humanidad un sentido de bondad y justicia. No obstante, me aferro a mis creencias y rezo diariamente.

Una vez más, no estoy avergonzado de mis creencias … los mantengo en secreto por honor y respeto por ellos. No deseo participar en un debate inútil que no se puede resolver. Esa es la naturaleza de la fe. No hay evidencia científica que respalde mis creencias. Pero eso no me impide albergarlos.