¿La testosterona afecta el metabolismo?

SÍ.

Permítanme resaltar la evidencia en los hombres. Para las mujeres, es similar (aunque con algunas diferencias hormonales notables)

Los estudios publicados han demostrado que la testosterona baja y la obesidad se refuerzan entre sí, atrapando a los hombres en una espiral de aumento de peso y desequilibrio hormonal (Spark 2007, Laaksonen 2004, Haider 2009, Dhindsa 2010). De hecho, ahora hay evidencia convincente de que los niveles bajos de testosterona no solo son marcadores para desarrollar el síndrome metabólico, sino que es probable que sean parte de la causa (Laaksonen 2004, Haider 2009).

Estamos aprendiendo que si bien la obesidad causa baja testosterona, la baja testosterona causa obesidad. De hecho, los niveles bajos de testosterona pueden estar entre los primeros signos detectables de que un hombre está sufriendo los cambios corporales que luego se harán evidentes como la obesidad y el síndrome metabólico (Laaksonen 2004).

La reducción de los niveles de testosterona en los hombres disminuyó la sensibilidad a la insulina y aumentó la masa de grasa corporal (Schubert 2010). Por el contrario, los hombres que reciben terapia de reemplazo de testosterona experimentaron una progresión más lenta del síndrome metabólico a la diabetes o enfermedad cardiovascular. En esos hombres, la testosterona mostró efectos beneficiosos sobre la regulación de la insulina, los perfiles lipídicos y la presión arterial (Makhsida 2005).

¿Cómo la testosterona afecta la obesidad y el metabolismo?

La testosterona, como la mayoría de las hormonas, tiene múltiples tejidos diana y un conjunto de efectos correspondientemente grande y diverso. Ahora entendemos, por ejemplo, que la testosterona desempeña un papel vital en la forma en que nuestros cuerpos equilibran la glucosa, la insulina y el metabolismo de las grasas (Yassin 2008). Un mecanismo es su poderosa estimulación de la sensibilidad a la insulina en los hombres, que puede tener un impacto importante cuando los niveles disminuyen (Kapoor 2005).

Resumen

El contenido de testosterona y grasa corporal tiene una relación intrincada y bidireccional. El exceso de grasa corporal causa niveles bajos de testosterona, pero la baja testosterona también causa exceso de grasa corporal. La testosterona regula muchas facetas del balance energético, con un impacto especialmente poderoso sobre la glucosa, la insulina y el metabolismo de las grasas.


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