Er, no. Están evolutivamente adaptados a una dieta de azúcar. Además, el 90% es un número muy impreciso. Además del azúcar, las hormigas también consumen materia orgánica en descomposición (como insectos muertos, cadáveres de animales, materia vegetal), presas vivas y las secreciones de áfidos, lo que les proporciona una gran cantidad de proteínas, minerales y carbohidratos complejos.
La diabetes es una función de la regulación de la insulina. Las hormigas no tienen el tipo de sangre que tienen los mamíferos, ni un páncreas para producir insulina.