Se estima que 28 de cada 100 mujeres que usan espermicida solo quedarán embarazadas durante el primer año de uso típico. El espermicida es más efectivo para prevenir el embarazo cuando se usa con un método anticonceptivo de barrera.
El espermicida puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario. La irritación vaginal, como ardor, picazón o sarpullido, es el efecto secundario más común del espermicida. También es posible tener una reacción alérgica al espermicida.
El espermicida no ofrece protección contra las infecciones de transmisión sexual. De hecho, el uso frecuente de espermicida puede aumentar la irritación vaginal, lo que puede aumentar el riesgo de contraer el VIH u otras infecciones de transmisión sexual. De manera similar, el espermicida no debe usarse por vía rectal porque puede causar irritación y aumentar el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual.
