Si, absolutamente. Entre muchos, podría citar el ejemplo de Winston Churchill, quien aparentemente nunca se despertó antes del mediodía y con frecuencia asistía a los invitados en su pijama.
Por otro lado, si su incapacidad para levantarse temprano se debe a un defecto general del carácter, por ejemplo, la pereza, entonces el problema es más grave y debe abordarlo de frente.