Estoy tan estresado y cansado. Siento que quiero descansar. Me doy cuenta de que esto no es saludable, en realidad es un deseo suicida. ¿Cómo puedo aliviar el estrés?

Usted, en este momento, es un PENSADOR. Eso es algo bueno de ser. Probablemente ya tengas la sensación de que los seres humanos somos increíbles y maravillosos. Tenemos que aprender de qué estamos hechos. Cuando preferimos un enfoque para procesar la vida y responder a su multitud de manifestaciones y sí, sus invitaciones, nosotros (nuestras mentes, cuerpos, almas) nos desincronizamos. Subalimentamos partes de nosotros mismos. Si estamos ocupados analizando todo, no olemos las rosas, ni siquiera las vemos, ni el significado profundo y la maravilla de las estaciones a medida que pasan. El prolífico ganador del Premio Nobel de la Paz y misionero austríaco en África, Albert Schweitzer, era conocido por dormir entre tres y cuatro horas al día. ¿Su secreto? Fue de cuatro dimensiones. Primero, EL ESPÍRITU. Schweitzer extrajo su inspiración e incluso su fortaleza física de una fuente eterna (“bebe esta agua y nunca más volverás a tener sed …”) mediante la oración y la mediación constantes. Segundo, FÍSICO. Tomó siestas breves y profundamente profundas (o lo tomarían), digamos, por ejemplo, justo después del almuerzo mientras aún estaba en la mesa, Y PARA REFRESCAR sus facultades (y esto es lo que necesita … incluso unas vacaciones no servirán esto), él cambiaría de su vocación principal (médico en una misión en África) a salir y construir la nueva pocilga para la misión, con sus propias manos aserrando y clavando, sin ayuda. En tercer lugar, MENTAL. Se involucró profundamente en su profesión de médico al ver cientos de clientes cada semana, conocerlos, evaluar sus dificultades, recetar medicamentos e incluso operarlos. Cuarto, EMOCIONAL (tal vez … estas categorías no son realmente exactas, es solo para hacerte pensar). Amaba la música de órgano, y era tan bueno en eso que despegaba con frecuencia durante algunos meses cada verano para recorrer Europa y tocar las obras maestras de Bach (y otros compositores) en órganos de doscientos años de antigüedad en toda Europa. Todas estas cosas le daban una profundidad a la que podía recurrir para poder desviar su atención de la fatiga siempre experimentada que experimentamos en este mundo y atender a las cosas que finalmente alimentaban sus almas y las de los demás. ¡Buena suerte! Me encantaría escuchar lo que haces con tu problema.