¿La comida que comes afecta lo bien que lo haces?

Sí, por supuesto, la comida tiene un impacto directo en nuestro rendimiento cognitivo, por lo que una mala decisión en el almuerzo puede descarrilar una tarde entera. Casi todo lo que comemos es convertido por nuestro cuerpo en glucosa, que proporciona la energía que nuestro cerebro necesita para mantenerse alerta. Cuando nos estamos quedando sin glucosa, nos cuesta mantenernos concentrados y nuestra atención se desvía. Esto explica por qué es difícil concentrarse con el estómago vacío.