Para comprender la fisiología del estrés, considere el reflejo de lucha o huida que ha sido muy importante en nuestra supervivencia evolutiva. La hiperventilación es parte de ese reflejo. Varios grados de estrés y la ansiedad resultante se asocian con un aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea) y la depresión se asocia con una respiración reducida (hipopnea). Otras afecciones pueden afectar el centro de respiración en nuestro cerebro, como la EPOC y el síndrome de apnea del sueño, y una vez que alguien se da cuenta de dificultades para respirar, el problema puede agravarse.
Para interferir con el “trastorno respiratorio funcional”, los médicos enfatizan la importancia del manejo del estrés si las medidas simples no funcionan, una prueba breve de un medicamento ansiolítico puede ser muy efectiva.