Lo primero y más importante es que la mente al amanecer es ostensiblemente fresca y cristalina.
Ya que es el comienzo del día, la mente de uno tiene que estar inundada de distracciones, ¡y por eso la tasa de absorción mental durante la lectura de un libro es bastante alta!
¡Leer un libro va bien con una taza de té de la mañana también! ¡Es un dúo dinámico!
Dado que leer un libro, al menos para mí, es principalmente i) recopilación de información y ii) generación de ideas de i), las posibilidades de alcanzar una idea innovadora pueden ser altas, ya que la mente está despejada.