Se han realizado algunos estudios a largo plazo sobre el efecto medicinal del polen en la próstata, particularmente con respecto a la hinchazón y las infecciones resultantes del cáncer. (Denis, 1966 y Ask-Upmark, 1967).
Los estudios científicos a largo plazo que conectan alergias y polen no han sido concluyentes.
Se han medido efectos bacteriostáticos específicos en el polen, pero esto se ha atribuido a la enzima responsable de la misma acción antibacteriana en la miel. No hay beneficio en el polen sobre la miel. (Chauvin et al, 1952 y Dustmann y Gunst, 1982).
Existe cierta evidencia de que el polen ingerido puede proteger tanto a los animales como a los humanos contra los efectos adversos de los tratamientos de radiación con rayos X (Wang et al., 1984; Hernuss et al., 1975, citado en Schmidt y Buchmann, 1992).
También se debe tener en cuenta que el polen solo es bueno por una semana cuando se lo refrigera, y un año si se congela. Es un material muy volátil y rara vez se distribuye de manera ética en un entorno comercial.
