He estado tomando suplementos vitamínicos que son fabricados según los estándares GMP de calidad farmacéutica durante los últimos once años y noto una diferencia significativa en cómo me siento cada día. Estos productos están diseñados para nutrir, proteger y renovar nuestras células.
Un puñado de estudios pequeños han sugerido que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a suavizar los cambios de humor del trastorno bipolar. Existen pocos tratamientos efectivos contra la enfermedad, por lo que las noticias son un tema candente ahora en los grupos de apoyo para los maníaco-depresivos, como el grupo de Berkeley, California, en el que participa Dave.
La primera noticia que llamó la atención fue un informe de 1998 en el Journal of Affective Disorders . Los investigadores notaron niveles significativamente más bajos de omega-3 en las membranas de los glóbulos rojos de los pacientes con depresión.
Luego, en los Archivos de Psiquiatría General de mayo de 1999, Andrew Stoll, MD, y sus colegas informaron un estudio del aceite de pescado en 30 pacientes maníaco-depresivos. Sesenta y cuatro por ciento de los que tomaron 10 gramos de aceite de pescado por día durante cuatro meses informaron una mejoría marcada en sus síntomas. Por el contrario, solo el 19 por ciento de los que recibieron el placebo se beneficiaron.
Un estudio de investigación realizado en 2008 en Noruega [9] encontró que las personas con un nivel bajo de vitamina D en la sangre tenían más síntomas de depresión. Esta investigación también encontró que tomar vitamina D, particularmente en grandes cantidades, mejoró los síntomas de la depresión. El mayor efecto ocurrió en aquellas personas con síntomas más severos.
Sin embargo, esta investigación solo analizó personas con sobrepeso, por lo que no es posible decir si los resultados serían similares para todos. Todos los participantes también tomaron un suplemento de calcio, y los investigadores sugieren que esto podría haber afectado los resultados; por ejemplo, los efectos se pueden atribuir a la combinación de vitamina D y calcio, en lugar de la vitamina D por sí misma.
Un análisis de las búsquedas en Internet sobre “depresión” durante el período 2004-2009 encontró picos invernales en 54 ubicaciones geográficas, incluidos Australia y los Estados Unidos. [10] Los autores consideraron este hallazgo como evidencia de la ocurrencia estacional de depresión. Los niveles de vitamina D son más bajos en invierno, lo que podría explicar gran parte de los hallazgos.
Un segundo estudio de investigación de Noruega [11] examinó si los síntomas de la depresión estaban relacionados con los niveles sanguíneos de vitamina D. El estudio también analizó si tomar un suplemento de vitamina D afectaba los síntomas de la depresión en personas que tenían niveles bajos de vitamina D. Los resultados mostraron que:
- bajos niveles de vitamina D en el cuerpo están relacionados con los síntomas de la depresión
- cuando las personas con niveles bajos de vitamina D tomaron un suplemento, mejoraron sus niveles de vitamina D, pero no tuvieron ningún efecto sobre sus síntomas de depresión
- los bajos niveles de vitamina D podrían ser el resultado, más que la causa de la depresión
Aunque este estudio utilizó una dosis suficiente de suplemento de vitamina D, duró solo seis meses. Los investigadores sugieren que debido a que la depresión es una condición que tiende a desarrollarse lentamente y dura mucho tiempo; un estudio más largo podría haber mostrado diferentes resultados. Los participantes del estudio tampoco tenían síntomas de depresión o síntomas muy leves, lo que posiblemente influye en los resultados.
Un estudio de adultos jóvenes en Nueva Zelanda encontró que había un puntaje de depresión modestamente más alto para aquellos con niveles más bajos de vitamina D. [12] No hubo diferencia en el tiempo pasado al aire libre entre aquellos con un puntaje de depresión más bajo o más alto.
Un estudio de personas que sufrieron un accidente cerebrovascular isquémico causado por un coágulo sanguíneo en China descubrió que seis meses después del accidente cerebrovascular, aquellos con niveles de vitamina D por debajo de 11 ng / ml tenían una prevalencia de depresión mucho mayor que aquellos con concentraciones más altas. [13]
Un estudio en Suecia encontró que aquellos que intentaron suicidarse tenían niveles significativamente más bajos de vitamina D que los pacientes deprimidos no suicidas o los controles sanos. [14] También tenían concentraciones más altas de citoquinas proinflamatorias, que se han observado en otros pacientes con suicidio. Las citoquinas son pequeñas proteínas emitidas por las células para enviar señales a otras células. Se sabe que la vitamina D reduce los niveles de citoquinas proinflamatorias.
Un estudio de 20 años en Iowa encontró que para las personas con trastorno depresivo mayor, hubo un ligero aumento en los síntomas depresivos en los meses de invierno, alcanzando su punto máximo en marzo. Sin embargo, los nuevos episodios fueron más altos desde octubre hasta enero, alcanzando su punto máximo en enero. [15]
Un estudio en Holanda que involucró a 1102 personas de 18-65 años con trastorno depresivo actual y 790 con trastorno depresivo anterior pero no actual encontró niveles más bajos de vitamina D entre aquellos con trastorno depresivo actual y menor gravedad de los síntomas para aquellos con niveles más altos de vitamina D. También hubo una correlación significativa entre el estado de vitamina D y el desarrollo de síntomas depresivos a los 2 años de seguimiento. [16]
Un estudio transversal en Finlandia encontró una correlación inversa significativa entre el trastorno depresivo y el estado de vitamina D. Aquellos con niveles de vitamina D superiores a 22 ng / ml (56 nmol / L) tenían un riesgo 35% menor de trastorno depresivo que aquellos con niveles de vitamina D por debajo de 14 ng / ml (34 nmol / L). [17] Sin embargo, dado que un corte transversal es esencialmente una instantánea de las personas y su salud, los resultados no son tan fuertes como los de la mayoría de los diseños de otros estudios.
