Las patatas de siembra no han sido tratadas para evitar la germinación.
Cuando una patata brota, el cuerpo se vuelve muy suave. Los brotes en sí mismos son venenosos y te provocarán dolor de estómago.
Y, por supuesto, si los come, no tendrá que plantar las papas en la primavera y la cosecha el próximo otoño.