Esta pregunta resalta dos cuestiones:
- la falta básica de educación para dormir en las escuelas y la sociedad en general
- la tendencia de una economía basada en el “éxito” a considerar el sueño como una pérdida de tiempo. Tiempo que podría dedicarse a trabajar o estudiar de forma más “productiva”
En cuanto a los adolescentes y el sueño. La ciencia es bastante inequívoca. Los adolescentes tienen requisitos de sueño radicalmente diferentes para los adultos. Período.
(Para cualquier persona interesada en la ciencia, recomiendo echar un vistazo al trabajo de Till Roenneberg, el experto principal en el campo de la cronobiología)
Relojes circadianos y adolescentes
Aunque a muchos de nosotros nos gustaría pensar que somos autómatas invencibles, los humanos somos esclavos de sus ritmos circadianos. Este reloj biológico incorporado tiene un ciclo de aprox. 24 horas y ayuda a regular varias funciones corporales, incluyendo:
- ciclo de sueño / vigilia
- temperatura corporal central
- actividad de la onda cerebral
- producción de hormonas
- regeneración celular
El reloj circadiano, determinado por nuestros genes, se adapta a lo largo de la infancia y se instala una vez que alcanzamos la edad adulta.
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Durante la adolescencia, el reloj circadiano cambia hacia un cronotipo tardío, lo que convierte a los adolescentes en noctámbulos. Esta peculiaridad biológica explica el mito del estereotípico “adolescente perezoso”.
Sin embargo,
Los adolescentes no son flojos. Una de las razones por las cuales los ritmos circadianos de muchos niños cambian durante la pubertad es que el cerebro y el cuerpo pasan por un desarrollo enorme en este período. Los cambios crean un aumento de la fatiga en la mañana y más energía en la noche. Durante la juventud, puede ser difícil conciliar el sueño aunque la persona joven no duerma bien. Desafortunadamente, esto tiene efectos negativos en sus procesos educativos y de desarrollo. La falta de sueño puede provocar una reacción en cadena de obstáculos en la vida cotidiana: el joven no solo está deprimido y distraído durante las clases de la mañana en la escuela, sino que también tiene problemas de concentración, dificultades de aprendizaje y cambios de humor. (Investigación – B-society)
El problema es que la sociedad no ha desarrollado mecanismos para respaldar este rasgo biológico. Intentamos forzar a los adolescentes a un marco de tiempo rígido que se adapte a la biología de un adulto, no al cronotipo retrasado de un adolescente.
Numerosos estudios han demostrado que los adolescentes obtienen mejores calificaciones por la tarde; el comportamiento, la concentración y el enfoque también mejoran drásticamente cuando a los adolescentes se les permite seguir sus patrones biológicos de sueño.
En pocas palabras, a menos que se encuentre en una minoría muy pequeña genéticamente predispuesta a dormir poco, 6 horas de sueño por noche es demasiado poco para que un joven de 19 años rinda al máximo.
Y cuando el sueño sufre, todos sabemos lo que sucede …